Fuente: EFE

La cifra de consumo de pilas eléctricas en España se sitúa en más de 500 millones de unidades por año, de las cuales, sólo se recogen el 18% de las que se desechan. El objetivo de la Unión Europea es llegar al 25% en 2011 y al 45% en 2015.

Más de 20 países europeos cuentan con sistemas de recogida de pilas y acumuladores usados. El 100% de las que se recogen son recicladas, y el 75% de los materiales contenidos pueden reutilizarse tanto en la fabricación de nuevos acumuladores como en otros productos que contengan sus metales o derivados químicos.

El Decreto sobre pilas, acumuladores y gestión ambiental de sus residuos establece que los fabricantes y distribuidores de pilas tienen que hacerse cargo de los costes que supone la recogida, instalación y mantenimiento de contenedores así como de la limpieza y gestión final de los acumuladores usados. En nuestro país, todos los productores están obligados a encargarse de la recogida y gestión de la misma cantidad, en peso y tipo de pilas, acumuladores y baterías usados que haya puesto en el mercado.

Las pilas que no se reciclan son enterradas en vertederos o quemadas en incineradoras, liberando metales pesados al medioambiente que se incorporan a la cadena alimentaria al ser absorbidos por plantas y peces, pudiendo llegar al ser humano.