La Asociación Española de Recuperadores de Papel y Cartón (REPACAR) ha elaborado un documento en donde se establece una serie de medidas destinadas a impulsar y fortalecer los mercados del reciclado y a mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero.

Las medidas se enmarcan en una “hoja de ruta” que especifica las acciones necesarias para potenciar el reciclado de papel y cartón y  los mercados funcionales para las materias primas secundarias; destacando su importancia como garantes de la conservación del capital natural y de los servicios ecosistémicos, al evitar que se consuman nuevos recursos naturales.

SERIE SOBRE PAPEL

En Europa todos los residuos de papel y cartón que se recogen y se tratan en empresas de recuperación se utilizan posteriormente para fabricar nuevos productos de papel. De este modo, se contribuye al desarrollo de la economía circular, generando enormes beneficios ambientales, sociales y económicos.

Sin embargo, Europa es excedentaria en papel para reciclar, lo que pone de manifiesto un potencial de crecimiento del 20% para la industria papelera europea del reciclado. Sólo en Francia, el excedente de papel recuperado supera los 2 millones de toneladas. Según la Confederación Europea de la Industria del Papel (CEPI), en Europa, se recogieron en 2010 más de 57 millones de toneladas de residuos de papel y cartón, de los cuales 49 millones se reciclaron en fábricas europeas. El excedente europeo, casi 10 millones de toneladas, fue exportado, principalmente al mercado asiático, lo que evitó que se talaran unos 170 millones de árboles y se emitieran 9 millones de toneladas de CO2, el equivalente a más de 33 millones de viajes en coche desde Madrid a Bruselas o a la iluminación de más de 5 millones de hogares.

Además, el informe de Forest Trends explica como la industria recicladora China evita que 65 millones de toneladas anuales de papel recuperado sean eliminadas, en vertedero o incineradas, en E.E.U.U., Japón y Europa, y que se consuman 54 millones de toneladas anuales de madera para la fabricación de celulosa virgen, con su consiguiente impacto energético.

Por todo ello, la hoja de ruta contempla propuestas concretas para aumentar la capacidad de reciclado en Europa como son las tasas mínimas de material reciclado en los productos, el incentivo a los procesos de fabricación que utilizan materiales reciclados frente a los que utilizan recursos naturales primarios como la madera, el incremento de la tasa de recogida de residuos o el fomentar el I+D+i  para crear nuevos productos a partir de materiales reciclados. Todas estas medidas pretenden estimular el crecimiento del sector, y consecuentemente el empleo ligado a la recogida, la separación y el reciclaje de los residuos, y alcanzar el objetivo del vertido cero en una economía circular.

En sus más de 140 años de existencia, el sector siempre ha entendido las políticas ambientales como una oportunidad para aumentar la calidad ambiental de la sociedad y una vía para generar empleo verde.