Hay ocasiones en que ser fieles a MacLuhan y su famosa frase «El medio es el mensaje» es lo más práctico, y el edificio EcoArk en Taiwan es un buen ejemplo.

Una estructura ultraligera y translúcida.

Una estructura ultraligera y translúcida.

¿Cómo poner de manifiesto el problema del reciclaje en la isla?

Pues construyendo un edificio a base de botellas de pet. En un país donde el índice de reciclaje de botellas de plástico apenas llega al 4%, esta idea de hacer un edificio con 1,5 millones de botellas PET fue la solución para llamar la atención sobre lo alarmante de la situación. La forma más inteligente de de- mostrar que el residuo es un recurso y que la filosofía de reducir, reutilizar y reciclar es nuestro futuro.

PET un recurso al que antes del EcoArk se consideraba resisuo.

PET un recurso al que antes del EcoArk se consideraba resisuo.

El desarrollador Arthur Huang comenta: «Queríamos trabajar con basura reciclada pero no estabamos seguros de que basura usar. Miramos nuestro basurero en la oficina y nos dimos cuenta de que la mayor parte de la basura que teníamos eran botellas plásticas de Té». De este modo lograron que el edificio genere una huella de carbono muy baja.

La estructura de 130 metros de largo es totalmente desarmable y puede ser desmontado y vuelto a montar en otro lugar, algo así como un edificio gigante de LEGO. Además el EcoArk desarrolla una pantalla de agua recogida durante las lluvias para enfriar la fachada.

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Lástima que en España no seamos tan receptivos a ideas de este tipo a la hora de luchar contra el cambio climático como hemos tenido oportunjidades de comprobar.